Los gambones son crustáceos comunes que podemos encontrar fácilmente tanto frescos como congelados en pescaderías y supermercados. Dentro de este nombre, se agrupan distintas especies de decápodos que pueden transformarse en exquisiteces culinarias que son asequibles y sencillas de preparar. ¿Cómo reconocerlos? Los gambones se caracterizan por tener una cabeza más grande que la de un langostino o una gamba y su color es un naranja más intenso. En cuanto a su sabor, es tan fuerte como el de la gamba, pero contienen más carne. ¡Son todo ventajas! Y más aún cuando descubras todas las recetas que hemos preparado para ti.
Los gambones son ideales para cualquier época del año, aunque tienen especial protagonismo durante festividades y celebraciones tradicionales como la Navidad. Se pueden disfrutar a la plancha, al horno, mezclados en arroces y pastas, transformados en crema o simplemente hervidos en agua salada para obtener un auténtico manjar. Escoge la receta que más te guste entre nuestras sugerencias y disfruta cocinándola, y sobre todo, disfrutándola junto a tus seres queridos.
Recetas con Gambones para Cualquier Ocasión
Cocinar con gambones abre un abanico de posibilidades culinarias que van más allá de las celebraciones navideñas. Son perfectos para cualquier reunión familiar, cena romántica o simplemente para darte un gusto en la semana. Desde una parrillada de gambones con hierbas frescas hasta una suculenta paella o un risotto, la versatilidad de este marisco te permite innovar y sorprender en la cocina.
Además de su sabor exquisito, los gambones son una excelente fuente de proteínas y minerales esenciales, lo que los convierte en una opción saludable para tus comidas. ¡Anímate a probar nuevas recetas y a descubrir formas creativas de incorporar este delicioso ingrediente a tu dieta diaria!
Consejos para Comprar y Conservar Gambones
Cuando compres gambones, es importante que te fijes en algunas características para asegurarte de que sean frescos. Su olor debe ser agradable y no excesivamente fuerte a marisco. La carne debe ser firme al tacto y su color, vibrante. Si optas por gambones congelados, asegúrate de que no tengan hielo en exceso, ya que podría ser una señal de que han sido descongelados y vueltos a congelar.
Una vez en casa, los gambones frescos deben conservarse en la parte más fría de tu refrigerador y consumirse en un plazo de 1-2 días. Si planeas usarlos más adelante, congelarlos es una buena opción. En ese caso, colócalos en una bolsa hermética, expulsa el aire y etiquétalos con la fecha. Así, podrás disfrutar de su frescura cuando quieras.