La mousse de queso ricotta es una opción perfecta para un postre ligero y rápido de hacer. Si tienes una visita sorpresa o necesitas un postre rápido, esta receta viene genial, ya que se enfría en poco tiempo. Gracias a la gelatina, la consistencia y textura se conservan perfectamente de un día para otro. Además, es un postre con bajo contenido de azúcar, ideal para los niños. Puedes comprar el queso ricotta en el supermercado, o prepararlo en casa sin mucho esfuerzo. Para hacer ricotta en casa, necesitas un litro de leche entera. Viértela en una cacerola y añade el jugo de medio limón. Deja reposar unos minutos sin remover. La leche se cortará y se separará en suero y ricotta. Para separar el suero del ricotta, coloca un paño de gasa sobre un bol y vierte la mezcla. Deja que el suero pase a través del paño y exprime suavemente para remover todo el suero. Lo que queda en el paño es el ricotta, que usaremos para esta deliciosa mousse.
Hacer ricotta en casa no lleva mucho tiempo y te asegura un producto fresco y sin conservantes. Además, es un proceso bastante gratificante y sencillo. Puedes hacerlo con antelación y usarlo en múltiples recetas, no solo en postres, sino también en platos salados.
Detalles de la receta
Tiempo de preparación: 20 minutos
Tiempo de reposo: 30 minutos
Tiempo total: 50 minutos
Raciones: 4
Categoría: postre
Tipo de cocina: francesa
Calorías: 170 kcal por ración
Ingredientes para la mousse de ricotta para 4 personas
- 250 g de ricotta
- 50 ml de nata
- 1 cucharada de azúcar
- 2-3 claras de huevo
- 1 lámina de gelatina
- Miel o mermelada para acompañar
- Frutas del bosque para decorar
Elaboración de la mousse de ricotta
Para comenzar, calentamos en una cacerola la nata, el ricotta y el azúcar. Removemos hasta que el ricotta se disuelva por completo y la mezcla esté homogénea. En un vaso, hidratamos la gelatina. Retiramos la cacerola del fuego antes de que hierva y añadimos la gelatina, revolviendo hasta que se disuelva completamente.
El uso de la gelatina es fundamental para obtener una textura consistente. Recuerda no dejar hervir la mezcla para evitar que se formen grumos y pierda su suavidad.
En un cuenco, separamos las claras de las yemas y batimos las claras a punto de nieve usando una batidora o unas varillas manuales. Si es necesario, podemos añadir una cucharadita de azúcar glas para lograr una mejor consistencia en las claras.
Una vez la mezcla de ricotta y nata haya enfriado un poco, la incorporamos gradualmente a las claras montadas. Mezclamos cuidadosamente con una espátula realizando movimientos envolventes para mantener el aire en la mezcla.
Servimos la mousse en vasos de cristal y, si lo deseamos, podemos añadir miel o mermelada en el fondo del vaso antes de verter la mezcla. Enfriamos en la nevera durante media hora y estará lista para disfrutar.
Para una presentación más atractiva, podemos decorarla con frutos secos o frutas del bosque. En esta ocasión, hemos optado por moras frescas.
Descripción paso a paso en resumen
- Calentar la mezcla de ricotta, nata y azúcar.
- Hidratar la gelatina.
- Montar las claras a punto de nieve.
- Añadir la gelatina a la mezcla de ricotta y nata y dejar enfriar.
- Incorporar la mezcla de ricotta a las claras montadas con movimientos envolventes.
- Servir en vasos de cristal, enfriar en la nevera y decorar con frutas, mermelada o frutos secos al gusto.