La morcilla es un embutido que se elabora con sangre de cerdo cocida, a la que se le añaden varios ingredientes y especias que varían según la región de España de donde provenga: puede ser de Burgos, de León, del sur, donde se le llama “blanca” porque no lleva sangre… Este embutido puede incluir arroz, cebolla, pan, calabaza, piñones y muchas especias diferentes. Dependiendo de la zona, encontramos distintos tipos, incluso versiones dulces. La carne se embute en tripa de cerdo o vaca y suele comercializarse con su característico aspecto oscuro, lista para ser servida como tapa o en bocadillos en bares y restaurantes.
La producción de morcilla está tradicionalmente ligada a la matanza del cerdo, una época en la que se fabrican distintos tipos de embutidos y mantecas, aprovechando toda la carne del animal, lo cual ha garantizado el sustento de muchas familias a lo largo del año. Ha sido un elemento básico en la dieta de las clases populares y es un ingrediente esencial en parrilladas, guisos y barbacoas. Elige la variante que prefieras y disfruta del profundo sabor y aroma que este manjar culinario ofrece.
Recetas Populares con Morcilla
Explorar las diferentes formas de preparar morcilla te permitirá descubrir nuevas formas de disfrutar este delicioso embutido. Algunas recetas clásicas incluyen morcilla asada, donde el embutido se cocina al horno con un toque de aceite de oliva y especias. Puedes acompañarla con pimientos rojos y cebolla salteada para un plato completo y de gran sabor.
Otra preparación conocida es la morcilla con huevos, donde el embutido se desmenuza y se mezcla con huevos batidos, creando una especie de revuelto o tortilla. Esto es ideal para un desayuno o almuerzo rápido y nutritivo. Puedes añadirle un toque especial con ajo y perejil picado.
Innovaciones en la Cocina con Morcilla
Aunque las recetas tradicionales son exquisitas, innovar en la cocina siempre es una opción. Puedes probar hacer croquetas de morcilla, combinando el embutido con una bechamel espesa que luego se empana y se fríe. Este plato es perfecto como aperitivo o tapa. Se puede acompañar con una salsa de pimientos asados para resaltar aún más su sabor.
También puedes utilizar la morcilla como relleno para pimientos de piquillo, mezclándola con queso crema para un relleno cremoso y sabroso. Estos pimientos rellenos se pueden hornear y servir calientes, siendo una opción ideal para cenas especiales.
