Deliciosas croquetas de calabaza caseras

Deliciosas croquetas de calabaza caseras

Hay muchas formas de preparar croquetas, pero la manera más tradicional es usando una bechamel espesa como base. En esta receta, asaremos la calabaza para conseguir un sabor más concentrado y reducir al máximo su contenido de agua.

Detalles de la receta

Tiempo de preparación: 5 horas

Tiempo de cocción: 10 minutos

Tiempo total: 5 horas y 10 minutos

Raciones: 6 (aproximadamente 20 croquetas)

Categoría: entrante

Tipo de cocina: española

Calorías: 278 kcal por cada 100 g

Ingredientes para las croquetas de calabaza para 6 personas

  • 650 g de calabaza
  • 500 ml de leche entera
  • 60 g de harina de trigo, más un poco extra para enharinar
  • 50 g de mantequilla
  • ½ cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 100 g de pan rallado
  • 2 huevos
  • Sal
  • Pimienta
  • Nuez moscada
  • Aceite de oliva suave
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Preparación de las croquetas de calabaza

Comenzar precalentando el horno a 200 ºC. Lavar, pelar y cortar la calabaza en trozos grandes. Colocarla en una bandeja forrada con papel de horno, añadir aceite de oliva, sal y pimienta, y mezclar bien con las manos para que todos los trozos se embeban. Hornear durante unos 20-30 minutos, hasta que la calabaza esté tierna y dorada.

Para darle más sabor a la calabaza, asegúrate de que los trozos queden bien mezclados con el aceite, sal y pimienta antes de hornear. Además, puedes asar algunos dientes de ajo junto con la calabaza para darle un aroma extra.

Triturar la calabaza y colocarla en un colador sobre un bol para eliminar el exceso de agua. Reservar.

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Para asegurarte de que la calabaza pierde bien todo el líquido, puedes dejarla reposar en el colador durante unos 10 minutos moviéndola ocasionalmente con una cuchara.

Picar la cebolla y el ajo, y rehogarlos en una sartén con aceite de oliva a fuego medio-bajo hasta que estén tiernos y translúcidos.

Rehogar a fuego lento ayudará a que la cebolla y el ajo liberen todos sus jugos y aromas, dándoles un sabor más profundo y agradable.

Mientras tanto, preparar la roux para la bechamel. Derretir la mantequilla en un cazo a fuego lento, añadir la harina y mezclar constantemente hasta que la mezcla adquiera un tono dorado y desprenda un aroma agradable.

Es fundamental no dejar de remover la mezcla para evitar que se queme. La roux debe alcanzar un color y olor tostado para garantizar que la harina esté bien cocida.

Agregar poco a poco la leche caliente sin dejar de remover hasta obtener una bechamel densa y sin grumos. Sazonar con sal, pimienta y nuez moscada.

Para lograr una bechamel sin grumos, utiliza una batidora de mano si es necesario y añade la leche caliente de forma gradual mientras sigues removiendo con una varilla.

Añadir la calabaza, la cebolla y el ajo a la bechamel. Mezclar bien y verter la mezcla en un recipiente. Cubrir con film plástico, presionándolo contra la superficie para evitar que se forme una capa seca. Dejar enfriar en la nevera durante aproximadamente 4 horas, o hasta que la mezcla haya tomado consistencia.

Enfriar la mezcla adecuadamente es crucial para que las croquetas mantengan su forma al ser formadas. Puedes también dejarla reposar toda la noche en el refrigerador si lo prefieres.

Formado y cocción de las croquetas

Cuando la mezcla esté bien fría, dividirla en porciones iguales y formar bolitas o cilindros sobre la encimera enharinada.

Para hacer las croquetas, puedes utilizar dos cucharas para dividir la mezcla en porciones más fácilmente antes de darles forma.

Pasar cada croqueta por huevo batido y luego por pan rallado. Freír en abundante aceite caliente hasta que estén doradas. Es recomendable usar una olla pequeña para garantizar que las croquetas queden completamente sumergidas durante la fritura, y hacerlo en tandas.

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Utilizar una freidora pequeña ayuda a mantener mejor la temperatura del aceite. Además, freír las croquetas en pequeñas cantidades evita que el aceite se enfríe y que las croquetas queden engrasadas.

Servir inmediatamente. Las croquetas se pueden congelar sin problema antes de freír para prepararlas en otro momento.

Si decides congelarlas, colócalas en una bandeja cubierta con papel pergamino y, una vez congeladas, guárdalas en un recipiente hermético o una bolsa de congelación.

Resumen fácil de preparación

  • Precalentar el horno a 200 ºC
  • Lavar, pelar y cortar la calabaza en trozos grandes. Hornear hasta que esté tierna y dorada
  • Triturar la calabaza y dejarla escurrir en un colador para eliminar el exceso de agua. Reservar
  • Picar la cebolla y el ajo, y rehogarlos en una sartén con aceite de oliva
  • Preparar una bechamel espesa derritiendo mantequilla, agregando harina y la leche caliente sin dejar de remover. Sazonar con sal, pimienta y nuez moscada
  • Integrar la calabaza y la mezcla de cebolla y ajo a la bechamel. Enfriar en la nevera durante 4 horas aproximadamente
  • Formar las croquetas sobre una superficie enharinada, pasarlas por huevo batido y pan rallado
  • Freír en abundante aceite caliente y servir inmediatamente

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