¿Quién puede decir que no a una exquisita pizza? Prácticamente nadie puede. Este platillo originario de Italia, con su masa fina y crujiente, delicioso tomate y combinado con quesos variados junto a tus ingredientes preferidos, se ha convertido en una de las comidas más populares y adaptadas a nivel mundial. La receta de una pizza excelente radica en una masa hecha en casa utilizando la harina adecuada y un largo proceso de fermentación, empleando ingredientes frescos y de buena calidad, y cocinándola a alta temperatura. Aunque lo ideal es un horno de leña, también se pueden obtener resultados maravillosos con un horno convencional. La pizza funghi se prepara con setas, específicamente con champiñones cortados en láminas finas en esta versión.
La pizza es sin duda un ícono de la gastronomía italiana, conquistando paladares en todo el mundo. Su versatilidad y la posibilidad de adaptarla a los gustos más diversos la hacen irresistible. Al dedicarnos a preparar una pizza en casa, nos aseguramos de usar productos de excelente calidad y técnicas que resaltan su sabor único.
Detalles de la receta
Tiempo de preparación: 25 minutos
Tiempo de cocción: 20 minutos
Tiempo total: 1 día y 45 minutos
Raciones: 4
Categoría: plato principal
Tipo de cocina: italiana
Calorías: 207 kcal por cada 100 g
Ingredientes de la pizza funghi para 4 personas
Para la masa de pizza:
- 500 g de harina de fuerza 400W
- 275 ml de agua
- 25 ml de aceite de oliva virgen extra
- 10 g de sal
- 2 g de levadura seca para pizza
- Semolina (opcional)
Para la pizza funghi:
- 1 bola de masa por ración
- 250 g de salsa de tomate frito casera
- 100 g de queso mozzarella
- 100 g de queso emmental
- 100 g de champiñones
- Sal
- 1 cebolla
- Orégano
Cómo preparar la pizza funghi con champiñones
Para conseguir una masa de pizza perfecta, lo ideal es dejarla fermentar entre 24 y 72 horas. Así que es fundamental planificar con tiempo para obtener el resultado esperado.
En primer lugar, mezclar todos los ingredientes en un bol y amasar hasta obtener una masa uniforme. Enharinar una superficie y amasar durante unos 3 minutos. Dejar reposar la masa 10 minutos y repetir el amasado por 3 minutos dos veces más. Engrasar ligeramente un bol grande con aceite y colocar la masa, tapándola con un paño, y reservarla en el refrigerador hasta 2 horas antes de usarla.
El aroma de una masa de pizza casera es inconfundible. Este proceso de reposo permite que la masa desarrolle todo su sabor y textura. En esta fase es importante tratar con cuidado la masa para no afectar su estructura.
Calentar el horno a su máxima temperatura, aproximadamente 250 ºC. Dividir la masa en 4 partes, cada una para una pizza. Enharinar de nuevo la superficie y estirar la masa hasta obtener una forma redonda y fina. Si lo prefieres, puedes espolvorear semolina. Colocar la masa sobre papel de horno o en una bandeja especial para pizza.
La pizza adquiere una textura crujiente y deliciosa cuando la masa se estira con cuidado y se cocina a la temperatura adecuada. No dudes en experimentar con diferentes grosores para encontrar el que más te guste.
Utilizar una cuchara para esparcir la salsa de tomate casera sobre la masa.
Distribuir el queso mozzarella y emmental sobre la salsa, sin llegar a los bordes. Puedes ajustar la mezcla de quesos según tu preferencia, pero asegúrate de que sean quesos que se fundan bien. Cortar la cebolla en aros finos y colocarlos sobre la pizza.
Las combinaciones de quesos y vegetales son infinitas, permitiendo que cada pizza tenga un toque personal. Probar diferentes tipos de cebolla puede ofrecer matices de sabor únicos.
Laminar los champiñones, salarlos y añadirlos sobre la pizza. Personalmente, prefiero una cantidad generosa para apreciar su sabor en cada bocado. Finalmente, espolvorear con orégano.
El champiñón aporta un sabor y textura característicos a esta pizza, haciéndola muy especial. El toque de orégano potencia los sabores, transportándonos directamente a Italia.
Cocinar en el horno a máxima potencia durante 20-25 minutos, hasta que la masa esté cocida y el queso tenga un color dorado.
El resultado final de esta cocción es una pizza deliciosa, lista para disfrutar en cualquier ocasión especial o simplemente para consentirse.
Resumen simplificado de preparación
- Mezclar la harina, el aceite de oliva, la sal, la levadura y el agua.
- Amasar hasta obtener una bola uniforme.
- Enharinar la superficie.
- Amasar durante 3 minutos.
- Dejar reposar la masa 10 minutos.
- Repetir el proceso de amasado y reposo 2 veces más.
- Engrasar un bol y dejar fermentar la masa entre 24 y 72 horas.
- Guardar en el refrigerador.
- Sacar de la nevera 2 horas antes de usarla.
- Precalentar el horno a 250 ºC.
- Dividir la masa en 4 partes.
- Enharinar la superficie.
- Estirar la masa en forma redonda y lo más fina posible.
- Espolvorear con semolina si se desea.
- Esparcir la salsa de tomate casera sobre la masa.
- Agregar la mezcla de quesos mozzarella y emmental.
- Cortar la cebolla en aros y añadir a la pizza.
- Laminar los champiñones, salarlos y colocarlos generosamente.
- Espolvorear con orégano.
- Cocer en el horno a máxima potencia durante 20-25 minutos.
