Si eres un apasionado del café y deseas disfrutarlo de una manera distinta y refrescante, el cold brew podría ser la elección perfecta para ti. Además, la preparación en casa es sencilla y no requiere de equipos especializados; con un frasco, café, agua y un colador o filtro, bastará.
El cold brew, como su nombre sugiere, es café preparado mediante una infusión en frío. ¿Esto es posible? Claro que sí. En lugar de calor, este método utiliza tiempo para la extracción, lo que significa que deberás prepararlo con antelación cuando desees disfrutarlo. La ventaja es que puedes hacer una gran cantidad y mantenerla en el refrigerador por un buen tiempo.
En contraste con el espresso, que se elabora con agua caliente a alta presión en un breve periodo, la infusión en frío extrae los sabores de una manera más suave y menos agresiva. De este modo, se destacan las notas más dulces del café, reduciendo tanto la acidez como el amargor presentes en el café caliente.
Para lograr un excelente resultado, es recomendable utilizar una molienda gruesa del café, incluso más gruesa que para una prensa francesa. Esto facilita la adecuada extracción de sabores sin liberar un excesivo amargor, dado que no se liberan tantos aceites esenciales como con una molienda fina. Si bien hemos mencionado la prensa francesa, también se puede utilizar este utensilio para preparar el cold brew, siempre y cuando haya espacio en la nevera para guardarla.
En relación al tueste del café, aunque es una elección personal, hay diversas opiniones en el ámbito profesional. Algunos prefieren granos de tueste claro a medio, ya que el método en frío disminuye notablemente la acidez, resultando en una bebida más balanceada y suave. Otros optan por tuestes más oscuros para conseguir sabores más intensos. Te sugerimos probar ambas opciones y elegir la que más te agrade.
Finalmente, el cold brew es ideal para servir con hielo, ya que al estar frío se diluye menos. Además, puedes utilizarlo como base para otras bebidas, como un café con leche bien frío, o incluso un capuchino con leche caliente. En algunos lugares, se combina con tónica, haciendo de esta mezcla una opción refrescante para los días cálidos.
Información de la receta
Tiempo de preparación: 5 minutos
Tiempo total: 16 horas
Raciones: 2
Categoría: bebidas
Tipo de cocina: internacional
Calorías por ración (kcal): 5
Ingredientes del cold brew
50 g de café en grano o de molienda gruesa
100 ml de agua hirviendo (opcional)
100 g de hielo (opcional)
300 ml de agua a temperatura ambiente (500 ml si no se usó agua caliente ni hielo)
Procedimiento para hacer cold brew
Para iniciar nuestro cold brew, tomamos 50 g de café en grano y los colocamos en un molinillo. Aunque podemos comprar el café ya molido para cold brew en tiendas especializadas, molerlo en el momento conservará mejor la frescura y el aroma del café.
Usamos el molinillo dando varias pulsaciones para obtener una molienda gruesa, similar a la utilizada para la prensa francesa. De hecho, un café molido para prensa podría servirnos también.
Una vez molido, agregamos el café en el recipiente que emplearemos para la infusión. El recipiente debe ser lo bastante grande para contener tanto el café como el agua, y de preferencia hermético para evitar que se contamine con otros olores durante el reposo.
Para intensificar las notas ácidas del café, se puede hacer una infusión inicial caliente. Añadimos 100 ml de agua hirviendo al café molido, dejamos reposar por unos 45 segundos, pero no más de un minuto. Esto es opcional y depende del gusto personal.
Después de reposar, enfriamos la infusión inicial añadiendo 100 g de hielo y removiendo suavemente para una buena mezcla.
Luego, llenamos el recipiente con 300 ml de agua fría o a temperatura ambiente, o 500 ml si omitimos la infusión caliente. Revolvemos ligeramente.
Con el café completamente cubierto por el agua, cerramos el recipiente y lo almacenamos en el refrigerador para infusionar de 12 a 16 horas. Evita dejarlo demasiado tiempo para no incrementar el amargor. También puede dejarse a temperatura ambiente en un lugar fresco, por no más de 10 horas. Con la prensa francesa, deja el émbolo levantado.
Tras el tiempo de reposo, filtramos el cold brew usando un colador de tela o un filtro de café. Si utilizamos un filtro de papel, es beneficioso humedecerlo con agua caliente para quitarle el sabor a papel. Este paso debe hacerse con cuidado para evitar sedimentos en el café final.
Finalmente, el café filtrado se pasa a un envase limpio y cerrado, y se guarda en el refrigerador. Así se mantendrá en buen estado hasta por una semana, facilitando tener café fresco listo para beber en cualquier momento.
Resumen de pasos
- Moler 50 g de café en granos hasta obtener una molienda gruesa.
- Colocar el café molido en el recipiente para infusión.
- Opcionalmente, agregar 100 ml de agua caliente y dejar reposar 45 segundos.
- Si se ha añadido agua caliente, cortar la infusión con 100 g de hielo.
- Completar la infusión añadiendo agua fría, según se haya hecho infusión caliente o no.
- Tapar y refrigerar de 12 a 16 horas o dejar en un lugar fresco por 10 horas.
- Filtrar utilizando un colador o filtro para café.
- Almacenar en un envase cerrado en la nevera hasta su consumo.